17. El maestro que prometió el mar

  



La 68 edición de la Seminci programó la película El maestro que prometió el mar de la directora catalana Patricia Font. Se trata de una interesante historia (aunque no tan interesante como película) que me puede servir para ilustrar otro de los estilos docentes a los que de refiere el filósofo Octavi Fullat. En concreto me voy a referir al estilo docente asociado con la llamada Escuela Nueva, que tiene como algunos de los máximos representes al filósofo pragmatista John Dewey o a María Montessori. 

Este tipo de estilo docente se caracteriza por situar al educando y sus intereses en el centro del proceso educativo y en considerar que el periodo escolar no puede estar desvinculado de la propia vida, de forma que debe estar enfocado a aprender a vivir y no tanto a adquirir un determinado acervo cultural. En el Escuela Nueva no existe esa tajante distinción, propia de la Escuela Tradicional, entre actividades escolares y actividades extraescolares. En la Escuela Nueva se entiende que las actividades extraescolares animan y dan sentido a lo que verdaderamente se debería hacer en la escuela. 

Dicha Escuela Nueva tiene un correlato hispano en las ideas pedagógicas difundidas por la denominada Institución Libre de Enseñanza.  la ILE constituyó el principal referente intelectual de la España de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Entre sus postulados destaca el énfasis en la laicidad en la escuela, el rechazo a las antiguas pedagogías basadas en el aprendizaje memorístico y el autoritarismo en las aulas, la revalorización del valor de la infancia como un periodo de descubrimiento que debe vivirse en plenitud o la importancia de la educación como instrumento para generar unas élites ilustradas capaces de acometer una reforma social en profundidad. la ILE estuvo los orígenes de las políticas educativas llevadas a cabo por la II República Española.

La película que nos ocupa en esta entrada, El maestro que prometió el mar, se centra en la figura del maestro republicano Antoni Benaiges i Nogués que ejerció como maestro rural en la localidad burgalesa de Bañuelos de Bureba en el convulso periodo de 1935-136.  Su labor pedagógica se vio violentamente interrumpida cuando fue asesinado por milicias falangistas el 20 de julio de 1936, tras haberse significado políticamente por su activismo social y por la introducción de modernas técnicas pedagógicas en las aulas (las ideas del pedagogo francés Cèlestin Freinet).

La película de Patricia Font, cuyo guion está inspirado en la novela homónima de Fransec Escribano, nos narra la peripecia vital, intelectual y política de Benaiges en el curso 1935-1936 (el curso inmediatamente anterior al comienzo de la guerra fratricida en España). Dicho periodo es uno de los más convulsos de la historia de España que se caracterizó por la intensificación del antagonismo político de las dos Españas y el auge de la violencia política. En ese contexto, las progresistas e innovadoras ideas pedagógicas de Benaiges (laicidad de la escuela, introducción de la imprenta en la escuela, rechazo del aprendizaje memorístico...) no podían más que suscitar recelos e incomprensión entre buena parte de los vecinos del pueblo castellano. Este hecho, junto con la decidida militancia de Benaiges en las filas del socialismo, precipitaron el trágico desenlace en los primeros días de la guerra civil.

Desde el punto de vista educativo, que es el que interesa en esta entrada, la película resulta muy interesante ya que nos muestra algunas de las ideas pedagógicas que caracterizaron a la IILE española. En primer lugar, en la película se destaca como Beinages se esfuerza por convertir la escuela en lugar libre de cualquier doctrinarismo ya sea político o religioso, y para transformarla en un lugar abierto a la experimentación libre de la infancia. 

Para vehicular su proyecto docente, Benaiges se inspira en el movimiento creado en Francia por Frenet. Dicho movimiento propugnaba la introducción de la imprenta en la escuela para favorecer el desarrollo de la competencia lingüística y la imaginación del alumnado. Por medio de la tipografía el propio alumnado elaboraba sus redacciones que servían para componer una serie de cuadernos. Estos se intercambiaban entre aquellas escuelas de todo el mundo que se adherían al método pedagógico de Freinet.

En la película también está muy presente la idea de la ILE de convertir a la escuela en un lugar para la vida en la que no debería existir una separación tajante entre las actividades escolares y las extraescolares. Los niños y las niñas de Bañuelos de Bureba complementaban las actividades dentro del aula con excursiones y visitas a museos desarrolladas fuera del contexto escolar.

Precisamente el titulo de la película hace referencia a una actividad extraescolar que tenía previsto realizar Benaiges al finalizar el curso escolar: llevar a sus estudiantes a ver el mar en su Tarragona natal. Lamentable su cruel asesinato impidió a aquellos escolares realizar su sueño de conocer el mar, sobre el que tantas redacciones habían escrito durante el curso escolar

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